Esa misma tarde en otro rincón de la ciudad Jorge salia de su casa para dar una de sus habituales vueltas en bici. Le gustaba hacer deporte, ir en bicicleta a toda velocidad bajando una cuesta le hacia sentir libre por un momento. Y aquel día le parecía perfecto. Unas nubes grises se cernían sobre la ciudad amenazando con descargar en cualquier momento, el aire era frío y olía a lluvia y tierra mojada.
Para él era el día perfecto.
-¿Eres Jorge?- le sorprendió una voz femenina a su espalda- Soy Kate, la amiga de Iris, la chica del otro día ¿recuerdas?- explicó a la carrera una chica de pelo negro rizado y ojos igualmente oscuros, casi negros.
-Claro, claro, la recuerdo- dijo sin salir del asombro.
La chica continuó hablando durante unos minutos más, sin perder el ritmo rápido que tenia al hablar. O tenia prisa o eran tantas las palabras que quería decir que todas se agolpaban en su lengua para salir una detrás de otra atropelladamente.
Minutos después Jorge volvía a casa con un nuevo contacto en la agenda y un llámala aún resonando en su cabeza.
Mucho más tarde Iris recibía un nuevo mensaje a su móvil.
"Te invito a desayunar. Asómate a tu ventana mañana a las 9 y estaré esperándote abajo."
Waaaa! siempre son tan geniales tus textos,hermosos (:
ResponderEliminarUff! Gracias por comentar, ya creia que nadie me leia :S
ResponderEliminar