¡Maldita sea! Confiaba
Me siento traicionada, pero no es traición lo que tengo, es
Mi estrella personal se aleja.
No quiere volver, por más que la llamo, que le grito, que le lloro...
Decenas, no, cientos de chicas desfilaron ante ti desplegando sus encantos. Cada una diferente a la anterior. Rubias, morenas, castañas, pelirrojas, teñidas, con pendientes, sin ellos, hippies, rokeras, pijas, con tatuajes, sin tatuajes, tímidas, inteligentes, descaradas...
Y ninguna, según tú,
Me hiciste sentir
¡Maldita chica plateada y azul!
Me lo robaste cuando más lo sentía
Infeliz de mi llorándote.
Infeliz de mi corriendo.
Infeliz de mi llamándote.
¡Pobre infeliz!
Ya nunca volverás a mis brazos. Nunca volveré a sentir tu calidez junto a mi piel. Tus caricias en mi cuello. Tus susurros en la oreja.
Te robó una tormenta de azul plata, y ya nunca, no, no volverás.