-Él no es humano- respondió
+¿Y por qué iba a serlo? ¿Esperas que los ángeles sean humanos?

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sábado, 27 de agosto de 2011

Todos podemos ser valientes


 No todo el mundo puede ser rico. No todo el mundo puede ser fuerte o inteligente. No todo el mundo puede ser apuesto. ¡Pero todos podemos ser valientes! Si nos decimos que podemos hacerlo; si nos decimos de corazón: <<No te eches atrás>>; si nos comportamos como héroes... ¡todos podemos ser valientes!

Júralo con el corazón

                             Pocas cosas pueden resistirse a este sentimiento.

Sometimes

Algunas veces me doy escalofríos.

jueves, 25 de agosto de 2011

Volverás

Volverás cuando eches en falta los juegos, cuando sus caricias no te ericen la piel y sus besos solo sean una forma de pasar el tiempo.
Volverás cuando el aire que te rodee ya no este lleno de risas, cuando ya no sientas como mis ojos te buscan, cuando estar con ella sea por obligación y no gusto.
Volverás cuando añores mi mano buscando la tuya, cuando ya no signifiquen nada las bromas.
Volverás cuando me busques con la mirada, que cuando alguien te mando un mensaje esperes que sea yo y suspires al comprobar que era ella.
Volverás al ver que las canciones ya no hablan, cuando ya no sonrias al ver el sol y cuando buscar el arco iris no sea divertido.
Volverás cuando algo dentro de ti te diga que quieres estar conmigo, y que cuando la abraces no sientas mariposas.
Volverás cuando necesites escuchar una pregunta absurda o una idea descabellada.
Volverás cuando descubras que mis defectos son encantadores.
Volverás cuando necesites que alguien te diga lo bonita que es tu camiseta, que te dejes de tocar el pelo y que te diga lo guapo que estas por las mañanas.
                                                    Volverás cuando me eches de menos.


miércoles, 24 de agosto de 2011

Pobre idiota

Seguía con su farsa, con su encerrarse en sí misma, su "ignorarle", su dolor, su mordaza al corazón, su máscara de felicidad y su disfraz de normalidad; como si aquello le diera igual, como si la única persona a la que había logrado querer no le importase, engañándose a sí misma y a los demás.

Únicamente buscaba una sonrisa, una mirada o un guiño, unas palabras que solo eran para ella, un gesto, ¡algo!, para poder aguantar unos días más.


lunes, 22 de agosto de 2011

Y empapado de agua, la invitó a salir

Esa noche Iris casi ni pudo dormir. El calor era axfisiante y los rayos no paraban de iluminar la pequeña habitación; fuera, las ramas de los árboles se agitaban con rabia a causa del viento y la lluvia calaba el suelo de la ciudad.

Despertó temprano y un cielo gris le dio los buenos días desde la ventana.

Se refrescó la cara con un poco de agua y preparó un escaso desayuno compuesto de un café acompañado de un par de galletas.
Aún le daba vueltas al mensaje que recibió la tarde anterior.

Se dio una ducha rápida y se vistió con unos pantalones algo anchos estilo militar y una camiseta negra poco escotada.
Tomó los utensilios de pintura y se dejó caer en el sofá.
Dibujaba con rápidos trazos lo que parecía un puente tipo romano sobre un río rodeado de maleza.
Y en ello estaba cuando su móvil vibró sobre la mesa. Se estiró para alcanzarlo pero solo era una perdida de ¡la persona del mensaje!

Se levantó sobresaltada del sofá y se asomó a la ventana.

Jorge saludaba a Iris apoyado en el coche, estaba completamente calado pero aun así le sonreía.

-¡Baja de ahí!- gritó él sin dejar de mostrar su sonrisa.

-Pero, ¿qué haces? ¿estás loco?- Iris no cabía en su asombro. Allí, bajo su ventana estaba aquel chico de los ojos azules, sonriendole.

-Baja de una vez pequeña loca- gritó el una vez más.

Al escucharlo la cara de Iris pronto adquirió un color rojo. Bajaría y le daría a aquel idiota su merecido.

Jorge la vio desaparecer de la ventana y sonrió, aquella chica era demasiado orgullosa como para dejar que le dijeran algo así sin hacer algo al respecto.

Iris traspasó la puerta del portal, se había puesto una chaqueta para protegerse del frió e iba hacia Jorge echa una furia.

-Tranquila pequeña fierecilla- dijo él parándole los brazos.

Bajo el flequillo Iris le lanzó una mirada llena de rabia y sacudió los brazos para que la soltara.
Jorge no desaprovechó el momento, se acercó a ella y la besó.

-¡Ay!- gritó al instante llevándose la mano a los labios- me has mordido.

-Eres un pervertido- exclamó ella echa una furia- ni se te ocurra volver a besarme sin mi consentimiento.

-Si lo estabas deseando- dijo él con una sonrisa y al instante una lluvia de puños le golpearon en el estomago y el pecho, alguno incluso en la cabeza.

A pesar de todo la cogió de la mano y la condujo por las mojadas calles de la ciudad hacia su destino.
Iris se dejó arrastrar por él. Sobre ellos el cielo seguía nublado, pero ya no llovía.

viernes, 19 de agosto de 2011

lunes, 8 de agosto de 2011

Algo inesperado

Esa misma tarde en otro rincón de la ciudad Jorge salia de su casa para dar una de sus habituales vueltas en bici. Le gustaba hacer deporte, ir en bicicleta a toda velocidad bajando una cuesta le hacia sentir libre por un momento. Y aquel día le parecía perfecto. Unas nubes grises se cernían sobre la ciudad amenazando con descargar en cualquier momento, el aire era frío y olía a lluvia y tierra mojada.
Para él era el día perfecto.

-¿Eres Jorge?- le sorprendió una voz femenina a su espalda- Soy Kate, la amiga de Iris, la chica del otro día ¿recuerdas?- explicó a la carrera una chica de pelo negro rizado y ojos igualmente oscuros, casi negros.

-Claro, claro, la recuerdo- dijo sin salir del asombro.

La chica continuó hablando durante unos minutos más, sin perder el ritmo rápido que tenia al hablar. O tenia prisa o eran tantas las palabras que quería decir que todas se agolpaban en su lengua para salir una detrás de otra atropelladamente.
Minutos después Jorge volvía a casa con un nuevo contacto en la agenda y un llámala aún resonando en su cabeza.


Mucho más tarde Iris recibía un nuevo mensaje a su móvil.
"Te invito a desayunar. Asómate a tu ventana mañana a las 9 y estaré esperándote abajo."


Tres caras

Por las mañanas es la niña que evita pensar en nada. Hace sus tareas alargandolas lo más posible e intenta distraerse con cualquier cosa.
Por las tardes es esa niña loca que intenta hacer sonreír a todo el mundo con sus locuras y sus disparatadas ideas. Saltando de un lado a otro para no ver más allá de la máscara.
Y por las noches es la niña indefensa que tanto odia ser. Acurrucada en su cama, abrazada a la almohada en la soledad de su habitación, todas las noches hay lluvia en sus ojos.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Un color: azul

Azul marino, azul cielo, azul boli, azul vaquero, azul mar, azul piscina, azul pitufo, azul ocuro, azul claro, azul lápiz, azul pintura, azul cera, azul rotulador, azul rio, azul ojos...
azul tú.

martes, 2 de agosto de 2011

Un tren.

Estas esperando un tren.
Un tren que te llevará muy lejos
Sabes donde quieres que ese tren te lleve
Pero no donde te va a llevar
Pero no te importa
¿Cómo puede no importarte donde te lleve ese tren?
...
Porque estaremos juntos.

Love or not love

Cuando no estas enamorado, sabes lo que vas a hacer, decir y hablar con esa persona. Pero todo cambia cuando te enamoras... Al verlo no puedes evitar como una estupida sonrisa se dibuja en tu cara, se te atropellan las palabras, no sabes que decir y todo sale mal.

Reencuentro

A pesar de la insistencia de sus amigas, Iris rehuía llamar a Jorge. No estaba preparada y, aunque había sido maravilloso conocerlo, no se sentía con fuerzas para empezar algo.
Jorge tenia unos ojos maravillosos, magnéticos, que hacían que se sintiera segura y tranquila al mirarlos, sin embargo, aquel chico no era totalmente sincero. Aquellos ojos escondían algo que no sabia si quería descubrir.

Por lo que dejó pasar los días.
Uno de ellos, una tarde de verano con un cielo que amenazaba tormenta había decidido bajar al starbuck de la calle a tomar algo y leer un poco cuando...

-¿Iris? ¿eres tú? - preguntó una voz.

Iris levantó lentamente la vista del libro, fuese quien fuese estaba dispuesta a mandarlo a paseo, por eso se sorprendió a sí misma cuando se vio contextando.

-¿Carlos?- respondió sorprendida.

Ante ella se hallaba un chico alto, de pelo castaño más bien largo con un flequillo que le caía sobre unos ojos oscuros, aunque no por ello menos brillantes.

-¡Iris!- exclamó él finalmente- ¿Dónde te has metido los últimos meses? Te he llamado unas 100 veces.

Sí, la habían llamado, pero ella no había contextado a nadie durante su tiempo de encierro. Todos los días escuchaba sonar su móvil varias veces en algún lugar de la habitación, pero nunca se había molestado en buscarlo para ver quien era.

-He estado pensando- respondió con voz inexpresiva, como queriendo indicar que ese no era un buen tema de conversación. - pero, ¿y tú? sigues igual que siempre por lo que veo- añadió esbozando una pequeña sonrisa.

-Así es- dijo él dando una pequeña vuelta sobre sí mismo- además sigo tocando la guitarra. Podría intentar enseñarte un día- añadió con un deje burlón. - ¿Qué te parece mañana en mi casa?

Iris parpadeó varias veces para salir del asombró. Nunca se le había dado bien tocar algún instrumento. Según su profesora de música, era demasiado torpe. A pesar de ello siempre le habría gustado tocar la guitarra.

-Esta bien- contextó al fin- Mañana por la tarde- dijo sonriendo.