¿Sabes qué?
Nunca se lo he dicho a nadie.
Me parece algo muy grande, muy poderoso como para utilizarlo a la ligera. Esperaba encontrar a mi persona especial para decírselo, y que fuera solo para ella. Pero, ¿sabes? Ahora que sé quién es. Que esa persona tiene nombre y apellidos, no necesito decírselo. Porque lo que a los demás siempre les ha venido grande, a ti se te queda pequeño.
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