Nerviosas esperaban el turno de comenzar, suspiros de última hora salían de sus bocas. Pero, ¿no estarían más nerviosos los violines, la viola o el cello?
A veces, y sin querer, olvidamos a nuestros compañeros del alma. Ellos, que nos han acompañado desde nuestra niñez, no reciben halagos ni gloria. Compañeros silenciosos de nuestra música, no piden más que nuestra compañía, que los hagamos hablar, cantar, vibrar de la emoción de ser tocados. Hoy, quería hacerles un homenaje a estos, nuestros amigos, hermanos de la música, los instrumentos.
Cuarteto de Cuerda - Mozart (Interpretado por alumnas del Conservatorio de Almendralejo)
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